RETROSPECTIVA: «EL ULTIMO» (DER LETZTE MANN, 1924), DE F.W. MURNAU (AVISO, SE CUENTA ENTERA)

(PUBLICADO ORIGINALMENTE EL 13 DE MAYO DE 2002, CON OTRO TITULO. IMAGENES AÑADIDAS PARA ESTA REPUBLICACION)

«EL ULTIMO» (1924)

El viernes por la noche, recién llegado a mi casa y después de una suculenta cena (Salmón ahumado acompañado con tostadas de pan de Cea -Consejo OT: Deberíais viajar hasta allá solo para compraros un bollo de dicho manjar…:)- y vinho verde… de  vez en cuando hasta los pobres necesitamos de algún lujo :)) ), me dispuse a meterme en el cuerpo una dosis de cinematografía que calmara mi apetito estético… y don Federico lo consiguió.

«El Ultimo» («Der Letzte Mann»,1924) fue dirigida por Murnau en 1924. Ya había realizado esa obra mítica llamada «Nosferatu», y todavía le quedaba por hacer la que, para mucha gente -aunque todavía no he podido verla- es su obra cumbre: «Amanecer», así pues, estaba Murnau en su gran momento creativo, la película no decepciona.

Emil Jannings interpreta al portero de un hotel de lujo, el Atlantic. Vive con su sobrina (interpretada por Mary Delschaft) que esta a punto de casarse. De repente, al llegar al trabajo una mañana cualquiera, se encuentra con que otro esta ocupando su puesto. La dirección del hotel le comunica que, debido a su avanzada edad, ha sido relegado a encargarse de los lavabos. Viéndose degradado, y pensando en la boda de su sobrina y en su reputación en el barrio, trata de ocultar este incidente robando el uniforme de su antiguo puesto de portero (uniforme que se vió obligado a devolver) y usándolo para salir de su casa por las mañanas y volver por las noches. Sin embargo, un día es descubierto por la tía del novio de su sobrina. Al contárselo a la muchacha, el secreto es descubierto por una vecina, que lo propagara por el barrio. Al llegar el portero, recibe la burla y humillación de todos. así, vuelve al hotel, donde devuelve el uniforme y, humillado y acabado, espera la muerte… Hasta aquí el original del guión escrito por Carl Mayer, pero, debido a la acción de la censura, hubo de ser añadido un rocambolesco final: En los lavabos del Atlantic muere un excéntrico millonario que había dejado dispuesto que toda su fortuna pasara a manos de aquel en cuyos brazos muriera… y claro, ese es nuestro protagonista que ahora esta convertido en un opulento magnate que disfruta (con la compañía del antiguo vigilante nocturno del hotel -Georg John-, el único que lo ayudo en su caída) de los mas exquisitos manjares y reparte generosas propinas entre los empleados de su antiguo lugar de trabajo.

Es «El ultimo» una película no solo mas que destacable por si misma, como conjunto, sino que además contiene una serie de «hitos» que merecen ser destacados por separado: En primer lugar, es la (según creo) única película muda de la historia que no contiene ni un solo rotulo (Parto de la base de no considerar rótulos ni la carta de despido -cuya lectura, por otra parte, creo que hasta podría no haberse realizado, sin perderse en ningún momento por parte del espectador el sentido de lo ocurrido- ni cuento el rotulo donde se nos informa de «la compasión que el guionista ha sentido hacia nuestro protagonista le lleva darle un nuevo final»). Asimismo, es la primera película de la historia donde podemos observar un movimiento de cámara (La primera en la frente… el primer plano de la película nos presenta una vista subjetiva desde el interior de un ascensor).

Aunque la riqueza de esta película no se resume en unos pocos puntos destacables… es mas: no sabría por donde empezar. La actuación de Jannings es mas que sorprendente, es impresionante, como con un mínimo gesto, un alzar los  ojos, una forma de caminar… transmite miles de palabras. Nos bastan los primeros planos de la película para saber quien es nuestro portero: un hombre orgulloso de su trabajo, de su posición. El es quien dirige a los jóvenes botones, el protege con su paraguas a los huéspedes que entran y salen del hotel, el carga los enormes baúles que traen consigo… y con el, esta su uniforme: esa levita de anchas solapas y botones dorados es mucho mas que una  prenda de vestir, es el símbolo de la «responsabilidad» de nuestro portero y es el amuleto, el objeto de poder que le da respetabilidad en su lugar de residencia: una pobre barriada obrera llena de amas de casa y chiquillos revoltosos que ven en el personaje interpretado por Jannings a alguien que no es de su mundo. El sale todas las mañanas a su hotel, a relacionarse con la gente rica, el no ha de mancharse las manos para ganar el pan… por eso, cuando todo se pierde, cuando el uniforme se pierde debido a su rebaja de categoría, el mundo se le viene encima (literalmente, en el magnifico plano en el que después de robar su uniforme, «ve» como el hotel se desploma encima de el).

Pocas veces creo que podamos ver en el cine una historia de «humanidad» en el mas amplio y pleno sentido de la palabra, como «El Ultimo»… pero no todo en esta película es el genial Jannings (o el resto de actores, que están bien aunque ninguno de ellos tiene en la trama el peso del protagonista: esta es una película absolutamente unipolar). El trabajo de Murnau es impresionante: cada plano es una lección de cine (No olvidemos que cuenta una historia que dura 90 minutos sin usar NI UNA SOLA PALABRA HABLADA O ESCRITA)… y tampoco aquí sabría por donde empezar: Los deliciosos movimientos de cámara, por ejemplo en la escena inicial, donde «seguimos» la vida en el vestíbulo del Gran Hotel Atlantic… me atrevería a decir que llega a «oírse» y a sentirse uno dentro de un hotel sin necesidad de Dolby 5.1… y aclaro que yo vi la película sin volumen de sonido -la música no era la original e incluía algunos «efectos de sonido» que me sacaron de mis casillas muy pronto-.

Murnau también saca jugo de cada uno de los recursos que puedan existir en un plano fijo… hay gran cantidad de ejemplos en la película, pero citaré solo uno que me impacto especialmente: después de que Jannings llega al hotel y descubre que ha sido suplantado, uno de los botones tira de él, informándole que el director del hotel desea hablarle; entonces vemos, a través de una ventana, la conversación entre el director del hotel y el portero. No solo sabemos lo que le está diciendo, sino que sentimos lo que pasa… y lo sentimos porque el marco de la ventana, recortando parte del área de encuadre, nos esta  focalizando la atención, pero al mismo tiempo estamos dentro de un plano general. Esto permite que la acción se vea intensificada, puesto que en ningún momento el encuadre ha de cambiar. además, vemos la escena a través de una ventana, cuyos barrotes y la división que separa las hojas izquierda y derecha de la misma crea un fuerte efecto visual.

Murnau, que por algo es uno de los mas grandes, realiza aquí además un magnifico uso de la subjetividad en escena -es decir, que no solo vemos en pantalla la realidad física sino el paisaje interior de los personajes- La escena donde «el hotel se le viene encima», o el momento cuando vuelve a su casa y es humillado por las vecinas… incluso podemos encontrar trazos visibles de esta forma de expresión en la escena de la borrachera de Jennings el día de la boda de su sobrina. Después de «re-ver» esta película, se acentúa dentro de mi la sensación personal de que en el cine, entendido como una forma de arte con una serie de reglas propias, estamos «yendo hacia atrás» y que, ya no es solo que cada vez se usen menos recursos de los ya desarrollados (razón por la cual, en mi modesta opinión, una película media de hace 40-50 años tiene mas «chicha» que la mayoría de estas cosas que nos ponen en pantalla actualmente) … sino, lo que es peor, que hemos dejado abandonadas una gran cantidad de vías que dejaron abiertas los grandes maestros del mudo, y sobre las que las generaciones posteriores lo único que han hecho es dejar que las cubra la maleza.

En resumen, creo que nos encontramos ante una de las mayores obras de la historia del cine… una historia muy sencilla, pero con una fuerza interna y un significado y simbolismo realmente notables.

Espero de corazón que hayáis disfrutado con este post. Obviamente, espero todas las criticas, opiniones y comentarios que deseéis… y,
para los grandes expertos que hay en este foro sobre Murnau, por favor tened un poco de piedad…. 🙂

Muchas gracias por vuestra atención.

RETROSPECTIVA: FIRST APPROACH TO IMAMURA: «KAMIGAMI NO FUKAKI YOKUBO» («EL PROFUNDO DESEO DE LOS DIOSES», 1968) (AVISO: SE CUENTA ENTERA)

(PUBLICADO ORIGINALMENTE EL 24 DE JUNIO DE 2002. IMAGENES AÑADIDAS EN ESTA REPUBLICACION)

Hola a todos:
Como bien sabréis (Unos por la lectura del post donde preguntaba por él, otros posiblemente por mi breve intervención en el chat del viernes -al  final no me pilló el atasco :-)) – ) el viernes fui el representante de  «es.rec.cine» en la proyección de esta película de Imamura, dentro del ciclo que el CGAI de A Coruña le está dedicando.

Antes de comentaros mis impresiones sobre esta película, quisiera aprovechar para hacer una reflexión sobre un tópico muy repetido y que yo, en mi modesta opinión, creo falso: «En España hay afición al cine»… con todos mis respetos, en España puede ser que haya afición a «Asistir a proyecciones de últimos éxitos cinematográficos», o a «Decir que a uno le gusta el cine», o a «Socializar de diversas formas -más o menos escandalosas- en multisalas de cine»… pero cuando en una ciudad de 250.000 habitantes se proyecta, en una sala de características notables, (al ridículo precio de 1.2 euros la entrada normal y 0.6 la de estudiante) una película de un director de cine ganador dos veces de la Palma de Oro, un viernes por la tarde… y sólo asistimos 13 personas… que me perdonen, aqui NO hay afición al cine (algún día haré un OT para rebatir ese tópico, en su aplicación a la música, que es otra cosa que se repite mucho… :-)) ).

Como ya contaba, no soy ni muchísimo menos un gran conocedor de cine oriental (Salvo lo que conozco de la obra de Kurosawa). Entre eso y mi habitual necesidad de ver mínimo dos veces una película para hacerme una idea mas o menos fundada… pues no se lo que me saldrá aquí :-))

La película narra la llegada de Kariya, un ingeniero de Tokio a una pequeña isla todavia, fundamentalmente, anclada en la tradición, con el fin de buscar un manantial de agua dulce para incrementar la producción de caña de azúcar -cultivo que los nativos de la isla han adoptado, en vez de su tradicional arroz, con el fin de ganar mas dinero-. Allí conocerá a los Futori, una familia que es vista por el resto del pueblo -e incluso por ellos mismos- como maldita por los delitos cometidos por Nekichi, uno de los hijos, y condenada por ello por los dioses (Que son una referencia constante en la vida de la isla), habiendo sufrido la caida en su arrozal, por culpa de un maremoto, de una inmensa roca que Nekichi, encadenado, se ve obligado a taladrar para lograr su caida, a fin de recuperar su arrozal… y el prestigio de la familia.

Nekichi, además, se ve forzado a mantener una extraña relación con Uma, su hermana, a la que debe cuidar como una esposa despues de la pérdida de su marido… pero con la que no puede acostarse, pese a que lo desea. Uma esta considerada una de las sacerdotisas guardianes de un manantial (que no es usado por los habitantes ni siquiera para su propio consumo de agua) que se halla en la isla. Manantial que Kariya intentará sea explotado en beneficio de la compañia azucarera.

Obviamente, la posición inicial del pueblo será la negativa, procediendo a un «boicot» de todas las actividades emprendidas por Kariya para usar el agua del manantial, en vez de tener que realizar una perforación de un pozo lejos del lugar elegido para la planta, y tener con ello que establecer largas tuberías.

Poco a poco la presión y las promesas de cobrar no sólo mayores cantidades de dinero, sino de recibir el dinero que la azucarera les adeuda por el azucar del año pasado, van cambiando la mentalidad del pueblo… pero, el hecho de su traición a «los dioses» les hace volcarse contra los Futori. Despues del festival anual en su honor (de los dioses), Nekichi será acusado injustamente de la muerte de Unari Ryu (el cacique local) y Uma y el intentan escaparse a la «Isla de los Dioses» (un paraíso del que todo el mundo habla en la isla) pero son alcanzados por el resto de los isleños -entre los que está incluso el propio Kametaro, el hijo pequeño de la familia Futori, que sin embargo no participará en el asesinato- que matan a Nekichi y abandonan, atada en su barca, a Uma.

Kariya, que se enamoró y dejó embarazada a Neriko, la hermana disminuida de los Futori, la abandonará, volviendo a su vida de Tokio, con su mujer, que le había abandonado mientras él estaba en la isla, volviendo a la isla cinco años mas tarde, para hacerse cargo del complejo turístico que la corporación azucarera ha construido en la isla, Neriko, mientras tanto, murió esperándole.

La primera y general impresión de la película es la de estar ante una de esas grandes películas que «tiran de muchos hilos»: Estamos ante un Shakespeare, que alterna la tragedia más descarnada -la escena de la «caza humana»- con la comedia más burlesca (El acoso que sufre Kariya por parte de Neriko, o los boicots a los que son sometidos los estudios de terreno que realiza), pero tambien estamos ante una tragedia griega, donde una serie de personajes se enfrentan a su destino y a «los dioses», donde un Sísifo paga sus inexistentes pecados excavando una roca para provocar su caida…estamos en definitiva ante una obra por la que no puede pasar el tiempo, pues despues de siglos de historia, tecnología y (supuesta) civilización, los fantasmas que habitan en el corazón de los hombres y las sociedades siguen siendo los mismos.

¿Cual es «El profundo deseo de los dioses», ese plan divino que los habitantes de la isla desearian conocer? Pues… ninguno, puesto que la «lección» de la pelicula es que los dioses no existen; perdon, si que existen y son los propios hombres (No solo es ya una «intuición» que va tomando cuerpo en el espectador a medida que, avanzando la película y conociendo a los personajes y la isla, sino que al final, poco antes de morir, es Uma la que le dice a Nekichi un muy revelador «¡Que bonito sería que nosotros fuesemos los dioses!» A lo que Nekichi sólo sabe contestar con el llanto desesperado de quien sabe que los únicos dioses que hay en la isla, los únicos herederos de su propio legado son los que vienen en las barcas, dispuestos a asesinarles.

Otras escenas en ese sentido nos hacen ver el punto de vista de Imamura: «Los dioses» no atienden los ruegos del anciano patriarca para que el viento dé el ultimo empujón a la roca (Que si caerá, sin embargo, debido al intento de lapidación que Uma y Nekichi sufren dentro del agujero por parte del resto de los isleños)… El pueblo, el único Dios, ha abandonado el legado de «conocimiento» que en su propia isla disfrutó durante muchos años («Ahora ya no plantan arroz, nosotros si» dira el patriarca), para venderse a las promesas de un mundo donde los dioses -aquí sí que entendidos como aquello que de positivo y humano hay en la vida- hace mucho tiempo que
murieron.

Las tres horas de metraje nunca se llegan a notar, aun teniendo el «tempo» típico del cine -y del arte en general- japonés, la historia transcurre a su ritmo… y, aunque al princpio puede costar un poco, en cuanto «somos parte de la isla» nuestro tiempo es el suyo.

Precisamente, otra de las bondades de esta película es el «camino» que el espectador recorre en ella. Imamura nos muestra el «universo» de la película, al principio, de un modo más alejado, más extraño… no porque no lo ame: sino porque, precisamente, es como un forastero lo vería. A medida que nos adentramos mas y mas en la trama, que conocemos a las gentes, sus pasiones y deseos, que nos identificamos u odiamos a la gente (ahi es donde Imamura se permite la amabilidad, la cortesia ante el «invitado» : ))) de
las deliciosas escenas «de comedia» con la relación entre Neriko y Kariya, o los ya comentados y frustrados intentos de trabajo de Kariya).

Algo que si se advierte en la película, y yo ya sabía a priori sobre Imamura, es el simbolismo en sus películas. Las metáforas, relativas en
este caso sobre todo a animales, están muy presentes en toda la película… aunque ahí si que noto, a la hora de ordenar mis ideas, la falta de un segundo pase. Tengo mis opiniones al respecto, pero prefiero no exponerlas porque no estoy seguro de estar poniendo cosas de mi parte que luego no existan.

Desde luego, valieron la pena los 120 km (ida+vuelta) para descubrir a un gran cineasta y a una gran película… y espero, como siempre que hayáis difrutado de este post tanto como yo lo he hecho escribiendolo.

Saludos desde la esquinita del N.O.


«Partiendo de la nada hemos alcanzado las más altas cotas de miseria»
(Groucho Marx)

CARTA (AHORA) ABIERTA A LA PRESIDENTE DEL PARLAMENT DE CATALUNYA

Hola a todos:

Hace unos días, después de leer una noticia aparecida en varios medios relacionada con unas declaraciones de la Presidente del Parlament de Catalunya, Sra. Doña Nuria de Gispert y Catalá, en relación al salario de los diputados, le escribí un correo electrónico, en el que, en resumidas cuentas, le transmitía mi estupor, como ciudadano, por el hecho de que considere tan pobremente pagada una profesión cuyos méritos no es que sean, precisamente, dignos de ser loados.

Paralelamente a su envío (aún no contestado ni acusado a día de hoy… no, no soy tan ingenuo como para esperar sentado) lo he publicado en mi Facebook. Ello originó que varios amigos me recomendaran su envío a algún medio. Sin embargo, considero que la extensión de la carta iba a provocar o un rechazo masivo, o una amputación masiva (y me da miedo, sinceramente, la labor que un periodista de los que dedican portadas al pulpo Paul pueda hacer con mi carta).

Así que me he decidido a hacerla pública aquí, esperando, simplemente, que si resulta del interés de un grupo más o menos nutrido de personas, se conozca gracias al boca a boca, o meneame, o cualquier otro medio.

La carta, respecto a la original, solo varía en la corrección de algunos errores ortográficos (el original fue escrito a trozos de tiempo que saqué de donde pude, y no tuve los ánimos necesarios para una revisión a fondo, de hecho, no he quitado algunos errores que no son ortográficos, como determinadas reiteraciones) y en la ocultación de mis datos personales.

Saludos,

De: XXXXX <XXXXXX@gmail.com>
Asunto: A la atención de la Sra. Nuria de Gispert y Catalá. En relación al salario de los diputados
Fecha: 10 de septiembre de 2012 07:13:41 GMT-06:00
Para: presidencia@parlament.cat
Estimada Señora Gispert:

Ante todo, permítame presentarme, mi nombre es XXXXXX, y soy un ciudadano español residente en XXXXX desde hace unos años. El motivo de mi correo se refiere a unas declaraciones suyas, reproducidas en varios medios (por ejemplo, aquí http://www.20minutos.es/noticia/1579998/0/presidemta-parlament/sueldo-diputados/euros/ ) y donde usted afirma su preocupación por el hecho de que los diputados lleguen a cobrar menos de 3000 euros mensuales.

La verdad es que, sinceramente se lo digo, estoy textualmente anodadado ante sus declaraciones… y fijese que no voy a recurrir a ninguno de los tópicos de pensamiento o palabra tan habituales hoy en dia: ni voy a usar «con la que está cayendo», ni le voy a recordar los miles de familias que no ingresan entre todos juntos, ni esos 3000 euros, ni la mitad ni la tercera parte… no, simplemente voy a reflexionar en torno a los motivos por los que un profesional recibe más salario que otro.

Creo yo que, si un profesional es contratado para una labor y recibe un salario X, esa cantidad se justifica por dos motivos, o bien la valía de la persona en cuanto a su formación y experiencia previas (lo cual enriquece a la institución en la que trabaja), o bien su desempeño, medido en base a los logros obtenidos.

En relación a lo primero, voy a ponerle un ejemplo… mi ejemplo, el de mi profesión, y que por tanto conozco bien (y no es porque considere que los profesores universitarios somos las mejores personas y profesionales que existan, ni que constituyamos ninguna élite, otros muchos profesionales podrían ponerle ejemplos parecidos en sus profesiones, pero yo solo me limito a lo que conozco): en España, un Profesor Universitario debe, en primer lugar, terminar una licenciatura, posteriormente comenzar un doctorado, estudiando e investigando, debe asimismo ir sometiéndose al juicio de sus colegas, nacionales e internacionales, mediante la publicación de sus hallazgos científicos en revistas y congresos, lo cual le obliga, como mínimo a un nivel medianamente fluido de inglés. Asimismo, para, una vez doctorado (defendiendo su tesis doctoral ante un tribunal de pares externo a la institución en que trabaja y que a su vez debe ser aprobado externamente) y en disposición de acceder a un contrato tan solo con un mínimo de estabilidad (y a veces ni eso) debe acumular experiencia docente, y haber trabajado en comisiones varias, y en los organos de gobierno de su universidad, e incluso demostrar un mínimo nivel de experiencia profesional fuera de la universidad o equivalente. Además, todos estos méritos han de ser valorados por una agencia externa (ANECA en el caso nacional, AQU en el caso de Catalunya) a fin de recibir la acreditación que les permita presentarse (no por ello asegurarse) a una serie de plazas con cierta estabilidad, o ilusión de ella (como le pueden contar los Profesores Contratados Doctores despedidos en varias universidades españolas, alguna de ellas catalana). Ninguno de ellos, por descontado, cobra 3000 euros mensuales, ni siquiera brutos. y, aún así, realizan su trabajo, algunos mejor y otros peor, pero el caso es que España es la novena potencia mundial en numero de publicaciones científicas (y la 19 en cuanto a relevancia de la investigación) ¿Son los Parlamentos españoles los novenos del mundo en algo? ¿O, por lo menos, los decimonovenos?

Mi pregunta es ¿que se le exige a una persona para ser diputado? ¿que mínimo bagaje de conocimientos, experiencias, habilidades o destrezas debe aportar para que un parlamento se convierta en una institucion realmente efectiva y válida para la sociedad? ¿nivel educativo? no ¿experiencia de algún tipo? ¿cuantos diputados del Parlament de Catalunya hablan correctamente inglés, francés o alemán? ¿cuantos diputados tienen conocimiento y experiencia internacional en las áreas que manejan?… es más, ni siquiera el hecho de ser elegido diputado implica una valoración por parte de ningún sector de la población, pues todos los procesos electorales españoles, excepto el Senado, se rigen por el sistema de listas cerradas. Yo sólo puedo votar a un partido, y no a personas dentro de ese partido. Basta revisar los currículums y trayectorias de sus señorías para afirmar que, en un entorno laboral real, la mayoria de ustedes (como colectivo, por favor no crea que hago apreciaciones personales sobre usted) no aportan un grado de experiencia ni conocimientos que merezca ganarse 3000 euros mensuales.

Pero, como le decía, el salario de un trabajador no se puede valorar solo por aquello que aporta a su empresa, conseguido antes de incorporarse a la misma, sino por los logros y objetivos alcanzados durante su labor profesional. y en este punto, he de preguntarle ¿usted de verdad considera que el Parlament de Catalunya, o ningun otro Parlamento en España, puede decir de verdad que ha cumplido los objetivos y logros esperables por parte de un conjunto de profesionales que cobran esas cantidades? ¿Considera que el trabajo de los diputados en las últimas legislaturas ha contribuido al más que necesario cambio de modelo económico necesario en España, tan necesario (y necesitado de compromiso político) según los expertos como cacareado (y ninguneado en la realidad) por la clase política? ¿De verdad vale tanto dinero el trabajo de los que han echado a la calle (y del país, en algunos casos) a los científicos, técnicos y hasta pequeños y medianos empresarios que podían liderar un verdadero cambio, y a cambio han tendido alfombras rojas y sumisiones vergonzantes a mafiosos estadounidenses que vienen a convertir España en un burdel barato? ¿La completa destrucción del estado del bienestar y los logros sociales a fin de sanear las cuentas de instituciones bancarias irresponsables es un logro que debe ser recompensado? ¿Cree que los centenares de colectivos necesitados de la ayuda y la labor de los Parlamentos, y que llevan años sin ser oídos, opinan lo mismo respecto a su labor y sacrificio? ¿Todas las leyes, reglamentos, controles, que suponen trabajo duro y no salir en fotos, y que ni se han movido en años, son un mérito que deba ser recompensado?

En sus declaraciones parece entenderse que es necesario un elevado salario para tener a los mejores como diputados, y plantea una especia de pregunta retórica con ese «si cobraran menos de 3000 euros no se que íbamos a hacer». Déjeme, señora Gispert, que le ofrezca una alternativa ¿Sabe que pasaría si tuviéramos una reglas de juego justas, donde el ciudadano pudiera ELEGIR A LOS DIPUTADOS QUE QUIERE QUE LE REPRESENTEN y no a una lista cerrada elaborada por una organización cerrada y que raya en el sectarismo (como lo son la mayoría de partidos políticos en España)? ¿Y si ademas cobrara no, esos 3000, sino bajémoslo, por ejemplo a 2500 euros, brutos, y dejando el resto de dietas y gastos al nivel de los que establecen las regulaciones de la administración pública para los trabajadores «normales»? (ya sabe, cosas como 19 céntimos por kilómetro para combustible, 20 euros para una comida o 12 para un desayuno). Pues… muy probablemente, que quienes ocuparían sus puestos son los miles y miles de españoles con VERDADERA vocación de servicio público (independientemente de su ideología) y un claro interés en el verdadero desarrollo del país.

Porque, señora Gispert, en España hay MILLONES de buenos profesionales, que hacen su labor de manera efectiva y sin excusas, que no ganan esos 3000 euros que a usted le parecen insufribles, ni 2500, ni siquiera 2000… y puedo asegurarle que viven: no tendrán el nivel de vida que parece que, por obligación y sin haber demostrado experiencia o méritos, debe tener un diputado, pero viven , realizan su trabajo… y muchos de ellos tienen la motivación y ganas de trabajar, pensar, actuar y servir a sus conciudadanos que los parlamentos de este país (nacional, autonómicos, senado… y hasta esos entes denominados diputaciones) no han demostrado en lo más mínimo.

Atentamente,

XXXXX