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RETROSPECTIVA: «EL ULTIMO» (DER LETZTE MANN, 1924), DE F.W. MURNAU (AVISO, SE CUENTA ENTERA)

(PUBLICADO ORIGINALMENTE EL 13 DE MAYO DE 2002, CON OTRO TITULO. IMAGENES AÑADIDAS PARA ESTA REPUBLICACION)

«EL ULTIMO» (1924)

El viernes por la noche, recién llegado a mi casa y después de una suculenta cena (Salmón ahumado acompañado con tostadas de pan de Cea -Consejo OT: Deberíais viajar hasta allá solo para compraros un bollo de dicho manjar…:)- y vinho verde… de  vez en cuando hasta los pobres necesitamos de algún lujo :)) ), me dispuse a meterme en el cuerpo una dosis de cinematografía que calmara mi apetito estético… y don Federico lo consiguió.

«El Ultimo» («Der Letzte Mann»,1924) fue dirigida por Murnau en 1924. Ya había realizado esa obra mítica llamada «Nosferatu», y todavía le quedaba por hacer la que, para mucha gente -aunque todavía no he podido verla- es su obra cumbre: «Amanecer», así pues, estaba Murnau en su gran momento creativo, la película no decepciona.

Emil Jannings interpreta al portero de un hotel de lujo, el Atlantic. Vive con su sobrina (interpretada por Mary Delschaft) que esta a punto de casarse. De repente, al llegar al trabajo una mañana cualquiera, se encuentra con que otro esta ocupando su puesto. La dirección del hotel le comunica que, debido a su avanzada edad, ha sido relegado a encargarse de los lavabos. Viéndose degradado, y pensando en la boda de su sobrina y en su reputación en el barrio, trata de ocultar este incidente robando el uniforme de su antiguo puesto de portero (uniforme que se vió obligado a devolver) y usándolo para salir de su casa por las mañanas y volver por las noches. Sin embargo, un día es descubierto por la tía del novio de su sobrina. Al contárselo a la muchacha, el secreto es descubierto por una vecina, que lo propagara por el barrio. Al llegar el portero, recibe la burla y humillación de todos. así, vuelve al hotel, donde devuelve el uniforme y, humillado y acabado, espera la muerte… Hasta aquí el original del guión escrito por Carl Mayer, pero, debido a la acción de la censura, hubo de ser añadido un rocambolesco final: En los lavabos del Atlantic muere un excéntrico millonario que había dejado dispuesto que toda su fortuna pasara a manos de aquel en cuyos brazos muriera… y claro, ese es nuestro protagonista que ahora esta convertido en un opulento magnate que disfruta (con la compañía del antiguo vigilante nocturno del hotel -Georg John-, el único que lo ayudo en su caída) de los mas exquisitos manjares y reparte generosas propinas entre los empleados de su antiguo lugar de trabajo.

Es «El ultimo» una película no solo mas que destacable por si misma, como conjunto, sino que además contiene una serie de «hitos» que merecen ser destacados por separado: En primer lugar, es la (según creo) única película muda de la historia que no contiene ni un solo rotulo (Parto de la base de no considerar rótulos ni la carta de despido -cuya lectura, por otra parte, creo que hasta podría no haberse realizado, sin perderse en ningún momento por parte del espectador el sentido de lo ocurrido- ni cuento el rotulo donde se nos informa de «la compasión que el guionista ha sentido hacia nuestro protagonista le lleva darle un nuevo final»). Asimismo, es la primera película de la historia donde podemos observar un movimiento de cámara (La primera en la frente… el primer plano de la película nos presenta una vista subjetiva desde el interior de un ascensor).

Aunque la riqueza de esta película no se resume en unos pocos puntos destacables… es mas: no sabría por donde empezar. La actuación de Jannings es mas que sorprendente, es impresionante, como con un mínimo gesto, un alzar los  ojos, una forma de caminar… transmite miles de palabras. Nos bastan los primeros planos de la película para saber quien es nuestro portero: un hombre orgulloso de su trabajo, de su posición. El es quien dirige a los jóvenes botones, el protege con su paraguas a los huéspedes que entran y salen del hotel, el carga los enormes baúles que traen consigo… y con el, esta su uniforme: esa levita de anchas solapas y botones dorados es mucho mas que una  prenda de vestir, es el símbolo de la «responsabilidad» de nuestro portero y es el amuleto, el objeto de poder que le da respetabilidad en su lugar de residencia: una pobre barriada obrera llena de amas de casa y chiquillos revoltosos que ven en el personaje interpretado por Jannings a alguien que no es de su mundo. El sale todas las mañanas a su hotel, a relacionarse con la gente rica, el no ha de mancharse las manos para ganar el pan… por eso, cuando todo se pierde, cuando el uniforme se pierde debido a su rebaja de categoría, el mundo se le viene encima (literalmente, en el magnifico plano en el que después de robar su uniforme, «ve» como el hotel se desploma encima de el).

Pocas veces creo que podamos ver en el cine una historia de «humanidad» en el mas amplio y pleno sentido de la palabra, como «El Ultimo»… pero no todo en esta película es el genial Jannings (o el resto de actores, que están bien aunque ninguno de ellos tiene en la trama el peso del protagonista: esta es una película absolutamente unipolar). El trabajo de Murnau es impresionante: cada plano es una lección de cine (No olvidemos que cuenta una historia que dura 90 minutos sin usar NI UNA SOLA PALABRA HABLADA O ESCRITA)… y tampoco aquí sabría por donde empezar: Los deliciosos movimientos de cámara, por ejemplo en la escena inicial, donde «seguimos» la vida en el vestíbulo del Gran Hotel Atlantic… me atrevería a decir que llega a «oírse» y a sentirse uno dentro de un hotel sin necesidad de Dolby 5.1… y aclaro que yo vi la película sin volumen de sonido -la música no era la original e incluía algunos «efectos de sonido» que me sacaron de mis casillas muy pronto-.

Murnau también saca jugo de cada uno de los recursos que puedan existir en un plano fijo… hay gran cantidad de ejemplos en la película, pero citaré solo uno que me impacto especialmente: después de que Jannings llega al hotel y descubre que ha sido suplantado, uno de los botones tira de él, informándole que el director del hotel desea hablarle; entonces vemos, a través de una ventana, la conversación entre el director del hotel y el portero. No solo sabemos lo que le está diciendo, sino que sentimos lo que pasa… y lo sentimos porque el marco de la ventana, recortando parte del área de encuadre, nos esta  focalizando la atención, pero al mismo tiempo estamos dentro de un plano general. Esto permite que la acción se vea intensificada, puesto que en ningún momento el encuadre ha de cambiar. además, vemos la escena a través de una ventana, cuyos barrotes y la división que separa las hojas izquierda y derecha de la misma crea un fuerte efecto visual.

Murnau, que por algo es uno de los mas grandes, realiza aquí además un magnifico uso de la subjetividad en escena -es decir, que no solo vemos en pantalla la realidad física sino el paisaje interior de los personajes- La escena donde «el hotel se le viene encima», o el momento cuando vuelve a su casa y es humillado por las vecinas… incluso podemos encontrar trazos visibles de esta forma de expresión en la escena de la borrachera de Jennings el día de la boda de su sobrina. Después de «re-ver» esta película, se acentúa dentro de mi la sensación personal de que en el cine, entendido como una forma de arte con una serie de reglas propias, estamos «yendo hacia atrás» y que, ya no es solo que cada vez se usen menos recursos de los ya desarrollados (razón por la cual, en mi modesta opinión, una película media de hace 40-50 años tiene mas «chicha» que la mayoría de estas cosas que nos ponen en pantalla actualmente) … sino, lo que es peor, que hemos dejado abandonadas una gran cantidad de vías que dejaron abiertas los grandes maestros del mudo, y sobre las que las generaciones posteriores lo único que han hecho es dejar que las cubra la maleza.

En resumen, creo que nos encontramos ante una de las mayores obras de la historia del cine… una historia muy sencilla, pero con una fuerza interna y un significado y simbolismo realmente notables.

Espero de corazón que hayáis disfrutado con este post. Obviamente, espero todas las criticas, opiniones y comentarios que deseéis… y,
para los grandes expertos que hay en este foro sobre Murnau, por favor tened un poco de piedad…. 🙂

Muchas gracias por vuestra atención.

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